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 Nota facilitada por:  Ildi




 

DESEABA TANTO TENER SU BEBITA

Edith González deseaba tanto tener a su bebita en brazos que Dios se la mandó dos meses antes. Ahora sí se siente una mujer plena con la llegada de su hija: ‘Mi vida se iluminó con esta bendición que Dios me ha enviado’ Confiesa que sintió mucho temor cuando se adelantó el parto. ‘En el momento que me la dieron lloré como una Magdalena’
El éxito de su carrera no es nada comparado con la alegría que a Edith González le produce tener en sus brazos a su pequeña hija, que en un segundo le ha cambiado la vida. la actriz se ha transformado en otra mujer con esta pequeñita que con sólo unos días de nacida ya controla toda su vida, pues la actriz se ha convertido en la más dedicada de las enfermeras para darle los cuidados que la bebita requiere, debido a lo prematuro de su nacimiento. Y es que la pequeñita nació cinco semanas antes de lo previsto y necesita cierta atención especial para alcanzar la madurez total de todos sus órganos, pero la ex Aventurera está segura de que con su cariño y sus cuidados y la ayuda de Dios, pronto tendrá el peso y la talla de una niña normal. Lo importante es que está sana y ella ahora sí se puede decir una mujer plena en toda la extensión de la palabra, pues por primera vez tiene un motivo real por qué vivir y por qué luchar día con día, haciendo a un lado el espejismo del glamour y la fama, pues desde el día que su pequeña abrió los ojos al mundo, su existir se iluminó con este regalo del cielo, al que está dispuesta a defender con uñas y dientes.

Confiesa que al principio quiso mantener en secreto su alumbramiento, pues reconoce que sintió un gran temor al saber que el parto se había adelantado y que su hija nacería antes de lo previsto, pero fue tanta su dicha al verla ahí, tan indefensa y hermosa, que no pudo reprimirse las ganas de gritar a los cuatro vientos que uno de sus mayores deseos en la vida se había convertido en realidad.

‘SOY UN POCO INEXPERTA, PERO ESPERO QUE ELLA ME ENSEÑE’

Pero a Edith la maternidad no sólo la ha llenado de una dicha inmensa, sino que además la ha sensibilizado de tal forma, que ahora ve con otros ojos todo lo que le rodea, incluso a su familia, a la que dice querer más que nunca porque siempre estuvo a su lado en este momento tan importante de su vida. “Mi gente me dio mucho valor para enfrentar el parto, porque uno siempre le tiene temor a lo desconocido y yo estaba realmente preocupada porque desde una semana antes había tenido ciertos problemas con la bebé. Y es que mi placenta empezó a calcificarse y la niña ya no se estaba alimentando como debía, por eso está muy pequeñita, pero espero que con los cuidados y mi leche recupere muy pronto su peso. Lo más importante es que es una niña sana”. No cabe duda que Edith derrama miel por todos lados cuando habla de su pequeñita, pero confiesa con cierta pena que aún no logra aprender a amamantar a su hija. “Soy un poco inexperta en esas cuestiones, pero bueno, aquí la tengo en mis brazos y sólo espero que ella tenga la paciencia suficiente para enseñar a su madre a hacer bien las cosas”.

ESTÁ PRECIOSA Y RUBIA COMO ELLA

Y cómo no va a sentirse feliz con este pedacito de carne, si durante los siete meses que la tuvo en su vientre siempre la esperó con ilusión y con un amor que siempre estuvo lejos de sentir por cualquier persona. Ahora todo su cariño y su atención serán para ella, porque por fin tiene a alguien que le pertenece al 100 por ciento y de la que nunca podrá esperar una traición, porque el amor de los hijos es el más sincero y honesto que pueda existir en este mundo. “Mi hija llena toda mi vida, es la luz que le faltaba a mi existencia y Dios me ha bendecido con ella. Qué te puedo decir, está preciosa, tiene los ojos muy claritos y es rubia como yo. Está muy bella, para mí es la más hermosa de todo el mundo. No puedo negar que sentí mucho miedo de que pudiera nacer con algún problema por no haber cumplido su ciclo de gestación y en cuanto la vi lo primero que hice fue revisar que estuviera completita y después me puse a llorar como una Magdalena. Yo creo que nadie puede evitar las lágrimas al ver la belleza del nacimiento de su hijo, para mí ha sido una experiencia que no se puede describir con palabras. Creo que en ese momento alcancé el cielo”. Ahora lo único que le preocupa es que su pequeña se mantenga sana y fuerte, “lo del bautizo y todas esas cosas ya lo veremos después”.

SEGUIRÁ SIN REVELAR EL NOMBRE DEL PADRE

Pero la felicidad que ahora experimenta Edith González no ha sido suficiente para convencerla de revelar el nombre de su pareja e insiste en que mantendrá en secreto el nombre del padre de su hija. Y es que a partir de ahora piensa poner una línea inquebrantable entre su vida privada y su vida profesional, pues quiere proteger a su pequeña del escándalo y de toda la mala vibra de todas aquellas personas que no soportan que alguien sea feliz. “A nadie tiene por qué importarle quién es el padre de mi hija, porque aquí yo soy la figura pública y ellos no tienen por qué ser blanco de los medios”. De cualquier forma, reconoce que su hija es tan hermosa, que no podría mantenerla escondida, “porque desde ahora ella se ha convertido en mi mayor orgullo”.

Fama (8 de Septiembre 2004)
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